La Sabiduría Del Camaleón

15 mayo 2017

¿Por qué se nos hace tan difícil dejar de postergar las cosas?

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¿Por qué se  nos hace tan difícil dejar de postergar las cosas?



La verdad es que existen muchas cosas en esta vida que no nos gusta hacer, pero al final del día tienen que quedar resueltas, entonces es más fácil y sencillo no hacer las cosas y dejarlas para después, postergarlas y aplazarlas lo más que podamos.

Ya sea por falta de tiempo, miedo, nerviosismo, estrés, angustia, flojera, toda clase de excusas para no hacer las cosas, además de que nos mentimos y engañamos a nosotros mismo diciendo que de todos modos si lo vamos a hacer, pero no necesariamente en este
momento.


Esto nos produce una sensación de bienestar y gratificación instantánea, a nadie nos gusta sufrir y mucho menos batallar, de hecho la vida seria perfecta si fuera puro placer, pero como bien sabemos eso no existe entonces es más fácil buscar pequeños momentos de placer en la vida.

A simple vista parece muy sencillo, pero la verdad es que dentro de nuestra mente se está librando una batalla donde aparecen tres personajes, el primero la persona racional el que quiere hacer las cosas como deben ser, el segundo el irresponsable al que solo le importa divertirse y el tercero el malvado y geniudo juez.

Al inicio solo aparece la persona racional, pero cuando se presenta la situación incómoda a postergar aparece el irresponsable y empieza a seducir con palabras bonitas a la persona racional de tal manera que la convence para que no haga las cosas.


La persona racional y el irresponsable están felices de la vida, todo perfecto y todo bien, sin embargo esta felicidad no es para siempre porque después aparece en escena el malvado juez y llena el lugar de vibra negativa.

La persona racional se empieza a asustar mientras que el irresponsable se aleja porque no quiere saber de problemas, huye como cobarde lejos de ahí, entonces ahora se encuentran cara a cara el juez y la persona racional.

El juez le suelta sus verdades y le dice todo lo malo que va a pasar, le echa en cara lo que hizo y la persona racional, empieza a tener esos sentimientos tan conocidos por los procrastinadores, miedo, culpa, ansiedad, estrés, se empieza a preguntar por qué le hizo caso al irresponsable.

Aunque claro este último escenario solo sucede si la persona racional tiene una fecha límite para hacer las cosas, es decir algo como entregar una tarea, entregar un proyecto o cosas por el estilo, porque si no existe una fecha limite la persona racional y el irresponsable se van de parranda indefinidamente.

Es por eso que los seres humanos buscamos continuamente el placer, el sentirnos bien y de preferencia que sea rapidito, porque no nos gusta postergar el placer, eso sí que no lo permitimos, aunque desafortunadamente muchos de nosotros aprendemos a través del dolor.

Aunque en realidad existe una sola cosa que nos puede ayudar a dejar de procrastinar las cosas, un deseo ardiente unas ganas tan poderosas de salir adelante y una voluntad de acero para lograr nuestros objetivos y sueños sin importar nada más.